– «El beneficio de las vacaciones no tiene que ser mi placer individual, sino el de todo el grupo», según el profesor Núñez
MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
La carga mental invisible de las mujeres «no hace vacaciones», según expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), lo que significa que muchas mujeres siguen llevando el peso de los cuidados y de la organización familiar, también cuando se van de veraneo. Apuestan por repartir mejor esa carga, pensando más en el bienestar de la familia más que en el ocio individual.
Así lo ponen de manifiesto expertos de la UOC, al analizar la situación de la mujer de cara a la organización y cuidados familiares en la época estival. Se trata de una carga mental «que no hace vacaciones, más bien al contrario», según los especialistas Francesc Núñez, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, y María Olivella, coordinadora de la Unidad de Igualdad.
«Los tipos de relaciones que tienes con tu pareja y con tus hijos te los llevas de vacaciones, y esto no se puede cambiar fácilmente, sino que, muchas veces, se tensa», explicó Núñez. Agregó que «las vacaciones son deseadas, porque se supone que serán un espacio de más satisfacción, de más tiempo libre, de más libertad personal».
Por ello, «las expectativas son muy grandes, pero justamente todo esto tiene unos efectos no deseados porque, con esa ruptura de la rutina, de golpe te encuentras en situaciones que no controlas, donde tienes que decidirlo todo».
Según los especialistas, existen «importantes prejuicios de género» y, por ello, la UOC cuenta con un grupo de investigación centrado en el turismo y el ocio desde una perspectiva de género que investiga estas cuestiones.
Para María Olivella, el rol de género femenino está basado en «una mirada colectiva y no individual, que Carol Gilligan definió como la ética del cuidado». «Los cuidados son unos valores que las mujeres tenemos muy entrenados, y uno de los errores que cometemos, como sociedad, es pensar que nos los tenemos que quitar de encima», apuntó.
CUIDAR NO ES EL PROBLEMA
«Pienso que es importante ser conscientes de ello y saber diferenciar entre el tiempo de cuidados y el tiempo de ocio, pero también animo a las mujeres a no sentirse culpables si se dan cuenta de que su tiempo de ocio es, en realidad, sobre todo un tiempo de cuidados. El problema es de quien no cuida», subrayó la coordinadora de la Unidad de Igualdad, quien destacó que «cuidar no tendría que ser una tarea mal vista».
Los especialistas apuestan por reflexionar sobre las cargas familiares. Las vacaciones, podrían ser un buen momento para cambiar roles y repartir mejor las tareas de cuidados y la carga mental invisible. «Desde los feminismos la propuesta es que la ética del cuidado tiene que ser colectiva, y esto es lo que nos llevará a la sostenibilidad y a una vida que merezca ser vivida», afirmó Olivella.
El profesor Francesc Núñez anima a intentar hacer unas vacaciones diferentes. «Una buena vida es que yo, como padre, piense cómo lo tengo que hacer para que las vacaciones sean buenas para todos, cosa que las mujeres suelen tender a pensar más. El beneficio de las vacaciones no tiene que ser mi placer individual, sino el de todo el grupo. Si pensáramos siempre así, el mundo iría mejor», aseveró.
VACACIONES PARA CUIDAR
Así mismo, la coordinadora de la Unidad de Igualdad destacó otro ámbito, íntimamente relacionado con las vacaciones, el laboral. Puso como ejemplo algunas empresas modernas que trabajan por proyectos y ofrecen a sus trabajadores vacaciones ilimitadas a cambio de cumplir los objetivos. «Se han observado dos cosas: que las mujeres cogen las vacaciones para cuidar mucho rato de los hijos y familiares, y que los hombres las cogen para su tiempo de ocio», argumentó María Olivella.
El resultado es que muchas mujeres no logran desconectar de la rutina diaria y de los cuidados familiares en su periodo vacacional. «Esto tiene efecto en quien coge las vacaciones y en los jefes, que muchas veces no son conscientes de que las mujeres, cuando vuelven de las supuestas vacaciones, no han cargado las pilas».
Por eso, Olivella abogó por que los mandos de las empresas tomen conciencia de los cuidados. «Pasamos mucho rato de nuestro día trabajando, y la empresa es, por lo tanto, un muy buen lugar para adquirir estos valores de cuidados, según los cuales la persona que cuida no es ninguneada por la organización ni se considera que trabaja menos».
Una de las conclusiones de esta especialista es que «probablemente, los hombres asumirían más tareas de cuidados si se hicieran valer en la empresa».