– Alerta la Unrwa
MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
La última de las tres desalinizadoras que funcionaban en la Franja de Gaza está parada desde hace horas por la falta de combustible y los cortes de electricidad. «Como no pueden entrar suministros de ninguna manera, Gaza se queda sin agua y pronto veremos casos de deshidratación».
Así lo alertó este miércoles en declaraciones a Servimedia la directora ejecutiva del comité español de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa), Raquel Martín, muy preocupada porque si el paso fronterizo con Egipto no se abre de inmediato y se empieza a recibir ayuda, «los niños, ancianos y la población más vulnerable empezará a morir de deshidratación».
«Nos quedamos sin comida, sin medicinas, sin combustible, sin artículos de higiene y sin ropa de abrigo». «Los hospitales no pueden absorber más heridos», y subrayó que «ya se han practicado operaciones sin anestesia, porque no queda». «Los pacientes se mueren por falta de medicinas y de agua, y todo el personal médico está exhausto», declaró. Según Martín, «no se había visto nada igual en décadas».
Por todo ello, reiteró su «súplica» para que los pasos fronterizos se reabran y se habiliten corredores humanitarios, a fin de que la ayuda pueda entrar y repartirse de forma segura por toda la franja.
Por otro lado, indicó que la actuación de Israel, «sin entrar a valorar» quién perpetró el ataque contra el hospital Al Ahli, «es contraria al derecho internacional humanitario». En su opinión, «obligar al desplazamiento forzado a un millón de personas y practicar asedio como método de castigo contra población civil» constituyen violaciones del derecho internacional.
Del mismo modo, los convenios de Ginebra establecen que la potencia ocupante ha de procurar asistencia a los civiles de la población ocupada (Gaza en este caso), algo que Israel incumple.
En cuanto al ataque contra el hospital, Martín lamentó las vidas perdidas, que se estiman en cientos, y los miles de heridos. «Nosotros no podemos saber quien lo hizo», aunque recordó que esa instalación ya había sido alcanzada por la artillería y que Israel había pedido repetidas veces al hospital que evacuase a toda la población allí albergada.
Al mismo tiempo que Israel «bombardeaba con fuerza, una de nuestras escuelas fue alcanzada», subrayó Martín, y al menos seis personas murieron. En esta instalación se alojaban 4.000 civiles palestinos, sobre todo mujeres y niños, que siguen allí pese a «los daños estructurales» que el centro ha sufrido.
«No tienen dónde ir», puntualizó. Se trata de la cuarta escuela de Unrwa bombardeada desde la incursión de Hamás, y agregó que la OMS ha informado de al menos 40 ataques contra infraestructuras sanitarias (ambulancias, convoys, hospitales, clínicas, etc.).