– El hijo trabaja en el mismo hospital donde operaron a su padre hace 20 años
– Este martes se celebra el Día Mundial de los Enfermos Trasplantados
MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
Pedro Sánchez García fue trasplantado de corazón en el Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda de Madrid. Veinte años después, su hijo David trabaja allí como cardiólogo. «Crecí viendo a mi padre enfermo», asegura el joven que encontró su vocación en las numerosas visitas a su padre allí ingresado. «Lo miraba y me decía ‘voy a ser médico para curarlo», afirma David.
Este toledano de 70 años debe sus últimos 20 a un trasplante de corazón que llegó tras pasar 13 meses agónicos en lista de espera. «Estoy aquí ahora contestando a estas preguntas», afirma Pedro en una entrevista a Servimedia, «gracias a las familias de los donantes que en momentos tan difíciles como es la muerte de un ser querido tienen la valentía de decir sí a la vida».
Fontanero de profesión, se vio obligado a prejubilarse a los 45 años porque sufrió un infarto cerebral. «Me quedé postrado en una silla de ruedas y sin poder hablar», recuerda. Cuenta cómo su hija mayor que tenía entonces cinco años le dijo a su esposa: «Si le estamos enseñando a hablar a David [su hermano menor], a papá también podemos».
SER MÉDICO DESDE NIÑO
Afortunadamente no fue necesario y el toledano se recuperó notablemente de las secuelas. Sin embargo, aquella etapa marcó la infancia del pequeño de la familia. «Crecí con un padre enfermo». «Recuerdo en las semanas previas al trasplante a mi padre muy débil, que no se levantaba prácticamente del sillón, desnutrido, en una situación de insuficiencia cardíaca muy avanzada», rememora en declaraciones a Servimedia David Sánchez, convertido hoy en cardiólogo para orgullo de su progenitor.
«Ver a mi padre en aquel estado fue el germen para que yo acabara siendo cardiólogo», asegura el joven. «Elegí estudiar la carrera en la Universidad Autónoma de Madrid y después me decidí por hacer la residencia en el Hospital Puerta de Hierro Majadahonda porque aquí es donde se trasplantó mi padre y estoy vinculado a este lugar desde niño».
El jefe de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca Avanzada, Trasplante e Hipertensión Pulmonar del centro hospitalario, el doctor Manuel González Bueno, todavía se acuerda del pequeño David que acompañaba a su padre a las revisiones periódicas. «Este hospital es como su segunda casa. Después volví a cruzarme con él como estudiante de medicina y ya apuntaba maneras como cardiólogo».
GRACIAS DE CORAZÓN
Una grave insuficiencia cardiaca condujo a Pedro a someterse a un trasplante de corazón que cambió su vida por completo. Pasó de estar enfermo a sentirse sano, pero confiesa que debe cuidarse. «¡Hombre tranquiliza mucho tener un médico en casa!», reconoce.
Este jubilado, al que a veces se le olvidan las palabras como secuela del infarto cerebral que sufrió, se emociona al hablar de la generosidad de los donantes en este martes Día Mundial de los Pacientes Trasplantados, una efeméride promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, como cada primer miércoles de junio mañana se conmemora en España el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos.
Pedro, que ahora se dedica a cultivar los frutos de su huerta, fue durante muchos años presidente de la Asociación de Trasplantados de Castilla-La Mancha, donde cosechó momentos inolvidables. «Una tarde estábamos dando una charla y una señora se acercó a nosotros y nos dijo ‘vengo a buscar a mi hijo entre vosotros porque yo sé que él está ahí en algunos de vosotros’, señalando a nuestro pecho», relata emocionado.
LO ÚLTIMO EN TRASPLANTES
Recientemente, el Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, el mismo donde el pequeño David fantaseaba con ser médico, acaba de ser incluido en la lista de los 26 centros hospitalarios del mundo que ha llevado a término más de 1.000 trasplantes de corazón.
Desde que se puso en marcha el Programa de Trasplante Cardíaco, hace ya 39 años, en este hospital se ha asistido a números avances de entre los que el doctor Gómez Bueno destaca el cambio de procedencia de los órganos. Hasta hace tres años todas las donaciones procedían de personas en muerte encefálica, pero en febrero de 2020 se realizó el primer trasplante en asistolia controlada.
«Aunque no hay muerte cerebral se dictamina que el paciente ha fallecido porque el corazón se ha parado y a través de una máquina lo podemos reanimar para su posterior viabilidad». El experto asegura que esta nueva vía de obtención de órganos ha supuesto «un incremento de entre el 15 y el 20% del volumen de donaciones». A esta mejora hay que sumar el perfeccionamiento en el sistema de transporte y conservación de los órganos y por supuesto, la carrera tecnológica en el ámbito de la asistencia cardiaca.
Se ha dado un paso de gigante y estos dispositivos ventriculares se han perfeccionado de tal modo que «para algunos pacientes, no aptos para un trasplante por su elevada edad por ejemplo, se convierten en terapia de destino o definitiva», asevera el doctor. «La primera asistencia ventricular que pusimos de larga duración fue en 2007», rememora. Desde entonces se han colocado 369 dispositivos internos. «Lo único que se aprecia externamente es un cable y dos baterías que tienen una autonomía de unas 20 horas lo que les proporciona seguridad y autonomía». De este modo, si el trasplante se demora o no es viable esto es lo mas parecido a tener un corazón con ‘las pilas cargadas’.