Alimentación y hábitos saludables para nuestros niños

La preocupación por la alimentación infantil cada vez está más presente en las familias cuando se va a la compra. Los índices de sobrepeso y de colesterol infantil, que han ido creciendo de manera preocupante durante la última década, han hecho que cada vez haya más implicación de todos los agentes que intervienen en la alimentación y en la programación de menús de los más pequeños.

Desde guarderías, pasando por comedores escolares y por campamentos y, obviamente, sin olvidar las casas están haciendo un verdadero esfuerzo en parar el ritmo y crear menús donde el equilibrio y los beneficios de la dieta mediterránea ayuden a un sano crecimiento.

Aparte de la alimentación, planteando desayunos donde cereales y fruta entren a la rutina, almuerzos con un bocadillo sano para cada día, comidas en las que las verduras y los productos a la plancha sean los protagonistas y fruta y cenas ligeras para las tardes, es importante también realizar o incentivar al niño a practicar deporte y no llevar una vida sedentaria.

Aún así, no se trata tampoco de obsesionarse con la elaboración de cosas especiales, sino que cunda el sentido común.

Los grandes aliados de la dieta infantil

Uno de los grandes problemas sociales que vivimos es que las comidas las hacemos con prisas, por la falta de tiempo para preparar los alimentos en casa, y que muchas veces se tira de precocinados o comida preparada.

Lo mejor sería poder dedicar un rato cada día en la preparación de un menú diario para el día siguiente que contuviera siempre productos frescos, no envasados. Frutas y verduras deberían ser los aliados de la cocina y los que siempre deberían estar presentes en las neveras, pero también el atún, el pollo, el queso fresco, etc.

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Encontramos muchos consejos sobre hábitos ecológicos y sanos como los que, de manera sencilla y útil aporta Rolleat, a los que acogernos, pero básicamente pasan casi todos ellos por buscar una alimentación fresca, donde los conservantes y colorantes apenas estén presentes, donde los productos sean comprados y directamente casi consumidos, en los que el aceite de oliva, tan saludable en una medida comedida, no sirva solo para poner a punto rebozados y platos ya precocinados.

En definitiva, estamos a tiempo de que la próxima generación tenga inculcada en su cultura la necesidad de cuidar la alimentación y pelear contra el sedentarismo y la comodidad de la comida solo para calentar. Cocinar siempre puede ser un plan en familia divertido.

Enseñándoles también ecología, a cuidar el planeta y a comprometerse con la sostenibilidad conseguiremos mejorar el mundo del mañana.

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